Se me subieron los colores a la cabeza ¡

Hay que admitirlo. Hay cosas que llevamos por dentro, pero con el tiempo luchan y salen a la luz. No se apresuren¡¡ hablo de algo que se puede contar, ajja.

Recuerdo fielmente a una de mis amigas acompañándome a comprar un espejo en una tienda. Las alternativas eran simple, el rosa con un corazón celeste o el color metálico sin dibujos.

-- compra el metálico—me dijo ella--- el otro es poco formal—la mire con cara de : prosigue por favor--- te volverás un Pokemon, además de ve informal. No podrías sacarlo en una entrevista de trabajo--

Debo admitir que me encanto el rosado. Pero ella tenía razón. O eso creí en aquel momento y con una leve sonrisa y algo más resignada que contenta, compre el metálico.

En ese tiempo yo era cajera de un prestigioso y elegante lugar. Donde la imagen era algo importante. Cada clienta usaba lindas y costosas carteras, aros delicados, tacos en punta y llaveros sutiles. Los que yo miraba y combinaba.

Me convertí en una ejecutiva en tonos sobrios, de esos pasteles y muy repetitivos. Pero la verdad es que después de tanto pasado negro, estaba recién descubriendo los colores y moría de ganas de vivirlos.

¡Llevo el rosado en la sangre¡ siempre fui la gorda vestida de negro, con anillos de calavera, cruces y el deseo absoluto de pasar inadvertida. Jamás use un vestido Pink o una corana de princesa cuando era pequeña y deseaba experimentarlo.

Ahora pensemos. ¿Es tan infantil usar colores y puntos? ¿Habla de tu etapa mental el como te vistes o los implementos que utilizas? si llevo mi agenda rosada con puntos negros a la entrevista con mi editor ¿pensara que soy poco seria? ¿Es tan terrible que me encante usar cosas de Agatha Ruiz, las carteras en algún color alegre y que la imagen de mi blog sea un oso?

Establezcamos que todo en exceso es malo. Nunca en la vida andaré por la calle como la chica de legal mente rubia. Pero amooo su teléfono, sus tacos, su notebook. Nunca me pondré el vestido de novia de Carrie Bradshaw, pero ame como se le veía, incluso con ese extraño pájaro en el pelo. Ja, ja. ¿Podré ser una escritora como ella. Jajaj, sin las cursilerías del artista alejado de la raza normal. No ser un cerebrito plomo, si no un corazón rosado por vida. Quizás en vez de dar una mano con firmeza, romper el esquema dando un abrazo de oso?

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